Paseo Virtual


Deporte

Videos 2

Visitas

Lo mas leido

TIMELAPSE

zarraclaca On Tuesday, September 13, 2005

Desde la Plaza Arriba el viento trae la legendaria sonoridad de una guitarra gitana, jugueteando por los cielos con voces como trinos. La vieja Tía Gilica, una cantaora a la que debemos un estilo por soleá, Juan el Cuacua o el Lico fueron los forjadores del misterio con Pepe el de la Flamenca.
Cuando la verdad se hace cante surge el misterio. Misterio de nuestra santísima trinidad flamenca.
Para Melchor Jiménez Torres (1907-1980) apóstol de la guitarra, la verdad era un potajito con sinojo. “Madrid, la gente, los teatros, los tablaos. Ná. To eso es ná. Lo que vale es una tarde en el campo, y comerse mu despacito un potajito con sinojo".
Su lenguaje era la guitarra, un lenguaje claro, conciso y diáfano, valiente y entero, con adejetivos de siguiriyas, adverbios de bulerías, pronombres de tangos, silencios de soleá, y expresiones de alegrías.
“Madrid para ganar dinero". Marchena es el lugar donde "mamó" la verdad. Una verdad de plaza calé, con cante de gitanas antiguas, susurros que se colaban entre las sábanas de las madrugadas de verano acunándole entre sueños, nutriéndole con el cante.
“A mí me duele horror cantando” decía refiriéndose a tal o cual cantaor que le gustaba mucho. Lo dijo de Manolo Caracol, “cuando canta él, saco cosas en la guitarra que no las sé”. Ahí está el duende. La máxima expresión con el mínimo de palabras, la intuición por encima de la razón.
Pero la saga de los Melchor no acaba ahí. Enrique Jiménez Ramirez Enrique de Melchor, (Marchena 1950) estudió el repertorio clásico y aprendió flamenco por sí mismo, tocó con Paco de Lucía, Camarón de la Isla y José Menese. En1998, compuso un tango llamado “plaza arriba”.
Para saborear el arte de Pepe Palanca (José Lebrón López 1904-1976)-profeta del fandango-, hay que sentarse en un sardiné recién regado a tomar el fresco y sentir su cante como un silencioso jazmin que lo inunda todo de misterio. Verdad de a puño, absorbente, “de un tirón”. De cante “áspero, tirado”. Un gesto de la mano imperceptible y certero, una pequeña protesta.
Los dulces quiebros de la voz de de José Tejada (1903-1976) Pepe Marchena fueron ejemplo de la teoría árabe del nacimiento del flamenco, una de las posibles raíces de cante andaluz, actualmente aceptada. El investigador musical pakistaní Aziz Balouch comprobó a través del cante de Tejada cómo la tradición del flamenco andaluz se daba la mano con la árabe, en algunas ocasiones. Para ello, Aziz se basó en el ejemplo de Ali Ben Nafi -Ziryab-, músico y estudioso de los instrumentos, enviado por el califa de Bagdag al de Córdoba, que extendió un puente musical entre Al-Andalus y Pakistán.
Pepe Marchena ofrece una serie de cantos explicativos en Karachi adonde acudió en 1961. «Es bantante significativo que moriscos y gitanos compartan los nuevos apellidos castellanos, y el hecho de que aquellos lugares con mayor población morisca, sean, precisamente, en los que se asentó el mayor número de gitanos: Albaicín, de Granada, Las Alpujarras, el barrio sevillano de Triana, Lebrija, Marchena, Utrera ... y Jerez de la Frontera.» opina Blas Infante.
A partir de 1950, Antonio Mairena y Ricardo Molina imponen su teoría de que los gitanos son los creadores del flamenco “integrando en ellos aquellas diversas tradiciones musicales que encontró todavía vivas en la abundante población morisca”.
Señalan, entre otros, a Pepe Marchena como uno de los mayores heterodoxos, quien de alguna forma quedó apartado, asediado y seriamente cuestionado. Hoy se impone una integración de ambas corrientes.
Antonio Burgos compara a Tejada con Camarón. “Camarón volvió loco a los cantaores, Todos van por la rodada de su carro. Es exactamente lo que ocurrió con Marchena antes”. En los últimos años se impone una unión de ambas corrientes y se reivindican la figura de Tejada. En 2004 -centenario de su nacimiento- Enrique Morente y Ortiz Nuevo presentaron al maestro como un genio maldito "poderoso, tierno, excesivo”.
Luces y sombras, modernidad y tradición, sobriedad y extravagancia, así durante 50 años hizo suyo el cante Pepe Marchena que está en la memoria colectiva de media España. Protagonizó tres películas, fue estrella cinematográfica, empresario flamenco, tuvo sentido de la imagen. Fue el primero en hacer giras por todo el mundo. Inventó un nuevo palo, la colombiana y puso de relieve los cantes de ida y vuelta. Tuvo vocación universal y alma de pueblo. De su pueblo.
La Marchena flamenca tiene hoy en la Fiesta de la Guitarra, su mayor cita anual. También destaca el Concurso Nacional de colombianas, el Certamen de Saetas, la Asociación Arte y Compás, la Peña Flamenca, o el grupo El Roete.