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zarraclaca On Tuesday, September 13, 2005


Muchos hombres poderosos se han pasado la vida persiguiendo los símbolos antiguos del poder, como la puerta de entrada al antiguo palacio Ducal de Marchena. Como William Randolp Hearst, magnate de la prensa norteamericana, que promovió desde sus diarios la guerra contra España, en 1898. Titulares falsos como “Españoles violan a mujeres norteamericanas en Cuba”se ebcargaban de ello. Una vez vencida España, quiso atrapar los símbolos de una grandeza que buscaba en las piedras, para adornar el palacio que construia en honor de su amante. (www.hearstcastle.org)
Un viejo imperio agonizaba mientras otro nacía. Una España en crisis, se despedía de su viejo sueño sudamericano. Poco después, Hearst rebuscaba las ruinas de los antiguos símbolos del poder del país que consideró su enemigo. Sus agentes comenzaron a buscar antiguedades en España.
Miles de piedras antiguas fueron desmonatdas y transportadas a California. Uno de los pocos restos que escapó al delirio de Hearst fue la monumental puerta tardogótica del palacio ducal de Marchena, levantada en 1492 como arco del triunfo por Don Rodrigo Ponce de León, considerado por los Reyes Católicos un brillante militar y estratega. Tras participar activamente en la toma de Granada con decisivas victorias, y ser mano derecha de los monarcas, extendió sus dominios poniendo las bases del Estado de Arcos, siendo Marchena su pequeña corte. Además impulsó la construcción de la iglesia de San Juan.
“E así entró el marqués en la villa de Marchena con mucha honra y ricamente acompañado con muchas trompetas, e atabales, su estandarte tendido delante, e la bandera del rey moro detras de la suya”. Sus tropas tomaron Alhama y Málaga, así como la sierra de Grazalema, que fue repoblada en parte con marcheneros en 1501. Es el origen de la existencia de muchos puntos que en el sureste español llevan el nombre de Marchena.
En la sierra gaditana, los duques hicieron construir una casa palacio, alrededor de la cual se fueron edificando las viviendas de los criados de la casa ducal. Este pequeño poblado fue denominado Marchenilla, (hoy, El Bosque). También existe Santa Cruz de Marchena (en la alpujarra de Almería) de época árabe. En la Sierra de Segura (Jaen) hay dos pedanías que se llaman Marchena. Arte al servicio de la eternidad y el poder. Quizá fue esa lejana gloria del simbólico año 1492 la que vió en ella Hearst o alguno de sus agentes. Tal vez como símbolo de la victoria de su país contra España, decidió comprar ésta portada y colocarla como entrada principal de San Simeón.
Hearst no pudo culminar sus planes con respecto a la portada del palacio marchenero. Según nos cuenta Juan Luis Ravé, el marqués de la Vega Inclán, -conservador de los Reales Alcázares de Sevilla y responsable de la reforma del barrio de Santa Cruz-, ejerció el derecho de retracto y compró la portada, para simbólicamente entregarla al Rey de España, Alfonso XIII en 1913. Posteriormente el Ayuntamiento de Marchena pidió en dos ocasiones la devolución de la puerta, en 1970 y 1999, sin resultado positivo.
Era tanto el interés que Hearst parecía tener por ésta portada, que no quiso variar sus planes iniciales de colocarla en la fachada principal de San Simeón, y finalmente encargó a Julia Morgan una copia exacta, que se colocó definitivamente en la entrada del palacio hoy propiedad del estado de California y que recibe mas un millón de visitas cada año. Cary Grant comentó que san Simeón era un lugar excelente para pasar la gran depresión económica de 1929. Mientras los americanos hacian cola para recibir pan gratis, Mary Pickford jugaba al tenis con Charles Chaplin y Gary Cooper nadaba en la piscina de mosaicos de oro, en las laderas del Hearst Castle.
"Uno puede aplastar a un hombre con el periodismo, pero no con las películas" comentó en alguna ocasión Hearst. Lejos estaba de la verdad, tal como lo experimentaría él mismo en mayo de 1941, cuando Orson Welles estrenaba, contra todo pronóstico, Ciudadano Kane basada en su vida.